Sacar la cabecita fuera

Cuando trabajas en la Administración Pública suele ocurrir que no veas más allá de tus propias narices, que lo que haces está bien, que haces lo correcto, lo que siempre se ha hecho y encima las cosas funcionan. Así empiezas y así terminas hasta que te jubilas.

Pues no, no estoy de acuerdo. Los empleados públicos tenemos el deber de mantenernos informados de todo lo que ocurre a nuestro alrededor, como mínimo, en el área en el que trabajamos, y si además somos capaces de informarnos de otras áreas seguro que algo aprendemos, que no todo va a ser saber de lo nuestro.

Yo dedico diariamente un mínimo de media hora de mi tiempo de trabajo en saber «qué se está haciendo ahí fuera«. ¿Eso que significa? Que consulto más de 150 fuentes de información relacionada con administración pública, con tecnología, con redes sociales, con innovación, con transparencia, con gobierno abierto, con legislación relacionada en todas estas áreas, etc. Y todo ello con ayuda de Feedly, un agregador de RSS (si no sabes lo que es ya estás tardando en buscarlo en Google), y también accediendo a Twitter y Linkedin, principalmente.

Nuestro mundo laboral no acaba en las cuatro paredes que nos encierran, ni en los compañeros que nos rodean, y mucho menos en los directivos y políticos que dirigen (a veces ni eso) nuestros designios laborales. Nuestro mundo laboral no es solo eso que ocurre de 8:00 a 15:00.

Pero ojo, ya ni siquiera hablo de lo que hacen los demás, también hablo de lo que hacen nuestros compañeros, pero me temo que eso, sin una buena comunicación interna, no es posible, si no mira lo que te conté hace unas semanas en este post donde hablaba de lo que es trabajar sin comunicacion interna.

¿Y dedicar al menos media hora mi tiempo de trabajo a saber lo que ocurre por ahí fuera es bueno? Yo creo que sí. Es más, debería ser obligatorio, por lo menos para los que ocupamos puestos de una escala superior en la Administración Públicas, los que «supuestamente» estamos preparados para proponer mejoras, para hacer informes justificativos, para tratar de influir en cómo se deben hacer las cosas en nuestro área. Si solo conocemos lo que siempre hemos hecho ¿seremos capaces realmente de aportar algo de provecho a la Administración que nos paga? ¿Si llevas 15 años haciendo lo mismo creyéndote que lo haces de miedo, eres una persona fiable?

Sal fuera, infórmate, investiga, conoce lo que hace tu vecino, cómo resuelve los mismo problemas que tú estás teniendo, aprovéchate de su conocimiento (y por qué no, de sus recursos), aporta lo que tú ya sabes. Seguramente todo eso te dará una visión más global y sabrás si lo estás haciendo bien o tienes margen de mejora (todos lo tenemos).

Los eventos de cualquier tipo donde se reúnen muchos perfiles distintos son una buena opción para conocer el estado del arte. Se habla de mucho evento de emprendimiento privado, de startups, de nómadas digitales, pero muchos no conocen el enorme panorama que existe en los eventos donde los empleados públicos somos el centro, donde se habla de innovación, de gobierno abierto, de tecnología, de intra-emprendimiento público. Incluso hasta tenemos redes sociales propias como Novagob o INAP Social. Los empleados públicos tenemos nuestro espacio donde discutir, donde apoyarnos (y llorar nuestras penas), donde retroalimentarnos, donde exponer ideas, hasta hay entregas de premios a los mejores proyectos. ¿Por qué no?

Muchos de estos eventos son retransmitidos por streaming, son grabados y puestos a disposición de todos en Youtube. Igual uno no puede estar asistiendo a todos los eventos que se organizan, pero no tenemos excusa cuando esas ponencias se cuelgan en la web. Podemos pasarnos una o dos horas viendo vídeos con ponencias de gente que sabe mucho y de la que podemos aprender, y sí, en horario de trabajo, eso también es enriquecer el nuestro.

Yo seguiré ejerciendo y fomentando esta forma de mantenerme un poco con la cabecita fuera, seguiré estando informado, trataré de aportar lo que se o lo que opino, trataré de ir a eventos o al menos seguir las charlas grabadas. Y seguiré en mi empeño de que mis compañeros hagan lo mismo. Al fin y al cabo esto es como viajar, te abre la mente. Conoces otras gentes, otras «culturas internas», otras formas de trabajar, hablar y resolver problemas.

Los que trabajamos en sitios donde son modelo de poco o de nada siempre es gratificante (y frustrante) ver que otra forma de hacer la cosas es posible, que con el impulso político y directivo adecuado las cosas se pueden mejorar. La combinación perfecta son políticos y directivos con ganas de cambiar las cosas, apoyados por empleados públicos con una mente abierta y con ganas de probar cosas nuevas. Ninguna de esas acciones funciona por separado.

Ya sabes, saca la cabecita de tu cómoda concha de caracol, que te de un poco el sol y el aire, mira lo que ocurre alrededor, habla con otros, interactúa, te puedes sorprender del mundo que hay ahí afuera en esto del sector público.

 

Publicado por Lucas Ferrera

Ingeniero en Informática, funcionario de carrera y, sin embargo, buena persona. Me gusta la tecnología aplicada al servicio de los ciudadanos. Tío rarito a veces.

Una respuesta a “Sacar la cabecita fuera”

  1. […] por eso es tan importante que, de vez en cuando, saquemos la cabecita fuera, y si tenemos la posibilidad, cambiemos de puesto. Creo que eso es sano para todos, aunque el […]

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