Canarias En Hora, ¡identifíquese, por favor!

No hay mas sordo que el que no quiere oír, ni más necio que el que no quiere ver la realidad. La realidad es que el periódico digital Canarias En Hora sigue haciendo caso omiso en cuanto a los deberes legales que debe tener su web. No ha bastado mi correo del 6 de febrero de 2015, ni mi entrada en este blog en septiembre de 2015.  Es más, parece que hasta les molesta que se lo recuerde de vez en cuando por Twitter o Facebook. No es un capricho, es una O-BLI-GA-CIÓN. Señores/as que dirigen Canarias En Hora, TIENEN que poner en su web un Aviso Legal, una Política de Privacidad y una Política de Cookies. Llevan un año y medio en funcionamiento y aún no han cumplido con estos requisitos legales, ¡ya les vale!.  Este es el aspecto actual de su pie de página (donde suelen ponerse este tipo de enlaces legales):

pie-CEH

Ni rastro de Aviso Legal ni de Política de Privacidad (¿qué empresa está detrás de este negocio?). Con las cookies al menos parece que sí han hecho algo, aparece el aviso que permite autorizar la instalación de esas cookies en nuestro navegador…

Aviso-cookies-CEH

Pero, ¡mi gozo en un pozo!, cuando pinchas en «Más información» (donde debería estar la información sobre la Política de Cookies), aparece este mensaje:

politica-cookies-CEH

¡Ups!, tampoco está, el aviso es mero cartón piedra, un decorado, si miras detrás no hay nada. Pero bueno, vamos a ayudarles un poco.

De acuerdo con la LSSI (Ley 34/2002 de Servicios de la Sociedad de la Información), Canarias En Hora está obligada, entre otras cosas, a ofrecer esta información: «Su denominación social, Número de Identificación Fiscal (NIF), domicilio y dirección de correo electrónico, así como cualquier otro dato que permita una comunicación directa y efectiva, como por ejemplo un teléfono o un número de fax. Datos de inscripción, en el caso de que la empresa esté registrada en el Registro Mercantil o en cualquier otro registro público.»  ¿Hay algo de esto es un web? Los únicos datos identificativos son lo que aparecen en su página de «Contacto». Pocos datos me parecen. ¿Tan difícil es poner esos datos?  Una simple búsqueda en Internet por los nombres de las personas que parecen estar al frente me llevan a una página del Registro Mercantil, del 10 de febrero de 2015 [PDF]. En la página 5 de ese documento aparece una empresa denominada ETIAZUL S.L. Tiene toda la pinta de ser esta ¿no?:

etiazul-borme

Como Administradores mancomunados dos de las personas que aparecen al frente del periódico digital, objeto social coincidente, domicilio social en el pueblo grancanario del que proceden (o eso he oído), y los datos registrales que TIENEN que publicar en su web (la fecha de constitución de la empresa coincide, día arriba día abajo, con el comienzo del propio periódico digital).  Pero falta un dato más, el NIF. Otra pequeña búsqueda en Internet, y podemos saber que el NIF es: B76213024.

Es curioso como si rascas un poco más, te encuentras en el BORME del 16 de junio de 2016 con esta otra empresa, GREENWICH COMUNICACIÓN S.L. constituida a principios de junio, y con tres Administradores mancomunados que forman parte del equipo actual de Canarias En Hora.

greenwich-comunicacion-borme

Esta tiene un objeto social prácticamente igual, ampliado en la «prestación de servicios profesionales«, y el domicilio social ya se encuentra en las mismas oficinas del periódico. No he sido capaz de encontrar el CIF de esta última empresa, igual es porque es muy reciente su creación y el dato aún no esté disponible.

¿Y qué hay de la LOPD? Veamos si la empresa tiene declarados ficheros ante la Agencia Española de Protección de Datos:

etiazul-lopd

¡Sí! ¡Punto para ETIAZUL S.L.! Al menos el primer paso del cumplimiento de la LOPD está dado (tenerlos declarados no supone el cumplimiento, esto último es algo más complejo). Y entonces ¿por qué no ponerlo en una Política de Privacidad? No lo entiendo.

En fin, que el periódico digital Canarias En Hora está aún por terminar, y es una pena. Es como si te hubiesen entregado una casa, con un buen diseño, bien ubicada, en un piso alto, con vistas, con buenos materiales, y después fallaran en los detalles, como si aún no tuviera la cédula de habitabilidad, tuviese humedades en el salón o la cocina estuviese aún sin montar, un año y medio después de haberte entregado las llaves.

¡Pero si lo más difícil ya está hecho! La web va bien, es rápida, tiene buena imagen, y después fallan en esto que es básico. Ya se los dije en febrero y en septiembre de 2015, y ahora, en agosto de 2016 se los vuelvo a repetir. Señores/as de Canarias En Hora, publiquen en su web el Aviso Legal, la Política de Privacidad y la Política de Cookies. Empresas canarias dedicadas a estos temas legales, por favor, que alguna se ponga en contacto con Canarias En Hora y les explique esto, igual se piensan que es algo que sale de un loco que no tiene nada que hacer y se pone a escribir un post un domingo a las diez de la noche.

Espero que a la tercera vaya la vencida, y además de presumir de visitas y de usuarios (que me alegro mucho por los anunciantes, aunque su estrategia de atracción de tráfico me parezca muy discutible), presuman también de dejar terminadas las «cosas» legales de la web.

¡De nada!

 

Cómo pedir un chef a domicilio, usando CookInHouse

¿No me negarás que alguna vez no lo has pensado? Tener una cena en casa con amigos o familia y que en vez de pegarte la paliza de preparar tu especialidad (esa que te lleva tanto tiempo) o de acabar comprando pizzas o comida china, venga un cocinero (o cocinera) a casa y te haga un menú, de esos con platos de nombres rimbombantes, de esos que al sacarles la foto para Instagram no necesitan ni filtro, de esos que encima saben tan bien como pintan.

Desde octubre de 2015 me llegan unos correos de una lista a la que no me he suscrito (¡tirón de orejas!) de CookInHouse, una plataforma desde la que puedes contratar chefs (cocineros) a domicilio. La idea es sencilla, CookInHouse pone en contacto a chefs con gente que ponga su casa y su cocina para que le preparen («InHouse«) un menú acordado previamente, pero nada de que te venga la comida en contenedores de frío y calor, no, no, el chef va a tu casa, con sus ingredientes, con sus utensilios de cocina, te prepara el menú, lo emplata, recoge, limpia todo lo que ha ensuciado y se va por donde ha venido. Tú solo tienes que contratarlo desde tu móvil o desde la web (eliges el menú de entre las distintas posibilidades), acuerdas con él la fecha, la hora y los detalles, y pagas por el servicio. Pagas en CookInHouse (con tarjeta de crédito, usando Stripe), no tienes que pagarle nada al cocinero (lo de la propina ya es cosa tuya). El chef recibe el dinero directamente de CookInHouse, una parte al hacer la reserva (en concepto de compra de materia prima y desplazamiento) y otra parte a la finalización del servicio.

Detrás de CookInHouse están dos Albertos (no son los de las Koplowitz), son Alberto Rodríguez (con el que he estado hablando por Skype más de una hora) y Alberto Santana, dos grancanarios graduados en las ramas de Marketing y Dirección de Empresas que se han lanzado de cabeza al mercado con un producto de nicho como este. Me parecen unos tipos listos. Como no dominan tanto la parte tecnológica se han buscado a un socio consolidado, una empresa catalana llamada Testabit, que es la que ha desarrollado la idea de «los Albertos«. Han llegado a un acuerdo de forma que los canarios ponen todos sus esfuerzos en la parte comercial y de negocio, y los «informáticos» que hagan su trabajo, que la web funcione y que la app no falle (aunque tuvieron unos días en los que la plataforma estuvo inoperativa por problemas técnicos).  En los últimos meses se ha incorporado al equipo una tercera persona, esta vez con un perfil más técnico, Adrián González, seguro que él estará atento para que ese último incidente no vuelva a ocurrir.

CookInHouse no se dirige a cualquier público, es evidente. Solo hay que echar un vistazo a los menús para darse cuenta de que no hablamos de comidas low-cost. Ni lo pretenden. En CookInHouse quieren primar la calidad y el servicio, por encima del precio. Si pagas un McDonalds obtienes lo que obtienes (¡oye, que conste que yo voy a McDonalds!), y si pagas un restaurante con estrella Michelín tienes otra experiencia.  Eso es lo que busca CookInHouse, una experiencia distinta, comer bien y a precio razonable en la comodidad de tu casa. También es cierto que no todos tenemos casas de ensueño como las de Malibú que vemos en las pelis, con salones de 60 m2 con grandes ventanales a la playa, donde cualquier almuerzo o cena quedan bien sí o sí. Pero bueno, todo es adaptarse, igual tienes un piso de 60 m2 en la zona de Mesa y López, con una cocina de 8 m2, pero oye, el chef seguro que se adapta. Con una mesa coqueta bien preparada, unas velas, un menaje chulo, música chillout de Spotify para ambientar y un buen vino, no tienes nada que envidiarle a cualquier piso del Soho neoyorquino.

Actualmente hay registrados en la plataforma unos 700 usuarios, de los que la mitad de ellos son chefs. ¿Y esto por qué? Sencillo, los esfuerzos iniciales se han centrado en encontrar la base de la plataforma, sin cocineros no existiría CookInHouse. Alberto me insiste mucho en el trato personalizado que se da a los chefs, su seguimiento es constante, sin agobiar, pero siempre dispuestos para cualquier detalle, para conseguir que los chefs confíen en la plataforma y vean que hay gente detrás que se preocupa por ellos.

Para los cocineros

Es gratis estar en CookInHouse. El cocinero puede poner el precio por menú que considere adecuado, teniendo en cuenta que CookInHouse se queda con un porcentaje de la transacción total que no llega al 20%. El cocinero puede aceptar o rechazar sobre la marcha cualquier encargo. No existe aún en la plataforma una funcionalidad que permita conocer la disponibilidad del chef. Cuando un cliente hace un encargo puede recibir una negativa porque ese día a esa hora al chef no le venga bien. Este es un aspecto que se tendría que pulir, pero bueno, los imprevistos siempre pasan (y Alberto me asegura que es una funcionalidad que ya tienen en mente para versiones futuras). ¿Qué tipo de chefs puedes encontrarte en CookInHouse? Hay de todo. Jefes de cocina con mucha experiencia que tienen su negocio funcionando y que pueden permitirse este tipo de trabajos extra, responsables de catering, cocineros formados que se encuentren en épocas de menos trabajo, cocineros que buscan rellenar «huecos» (por ejemplo, gente que solo acepte encargos los lunes, martes y miércoles, porque le resto de días los pasa en su propio restaurante).  ¿Vivir de CookInHouse? No lo creo, pero seguro que ayuda mucho.  Eso sí, el cocinero también tiene que cuidar su parte, su producto, el trato con los clientes, su perfil en CookInHouse, las fotos de sus platos, la rapidez de respuesta, la proactividad (me cuenta Alberto que hay chefs que hasta recomiendan el maridaje perfecto para el menú que van a preparar, ¡qué lujo!).

Para los clientes

¿Qué queremos nosotros, los que somos tirando a torpes en la cocina? Un buen producto y un buen servicio. Queremos acceder a la app, filtrar por lo que nos apetezca y tratar de cerrar una cita. Esta no es una app de «aquí te pillo y aquí te mato«, esto no va de rapidez, esto va de planificar con tiempo. Para «lo rápido» ya hay otras plataformas. CookInHouse es para ocasiones especiales, tiene que ser genial ver la cara de tus colegas cuando les invites a casa y vean que has contratado a un chef, solo para ustedes. Y al estar en casa, eso de beber (con moderación) ya te lo tomas de forma más relajada. Al día siguiente de la velada, CookInHouse siempre envía un pequeño cuestionario de satisfacción, es importante saber cómo fue la experiencia, aunque esos comentarios no son públicos, le sirve a CookInHouse para ir validando a sus chefs (siempre buscando la excelencia).

CookInHouse está presente ya en varias provincias españolas, Madrid y Barcelona concentran la mayor oferta. En el caso de Gran Canaria, donde he intentado probar, me he encontrado con una oferta muy limitada que no me permitía hacer una valoración adecuada, pero lo que he visto me ha gustado.

Ahora buscan crecer en usuarios de la plataforma. Con una buena oferta, ahora necesitan demanda, pero para llegar a más gente se necesita pasta (y no italiana precisamente), presencia en redes sociales, en buscadores, y hasta se plantean diversas ayudas privadas y públicas, algo de músculo financiero que les permita llegar a más gente.  Pero no se pueden quejar, los pedidos ya se empiezan a materializar. Ya están facturando, aún no como para montar la oficina loft con césped artificial y futbolín, pero sí para validar la necesidad y el modelo de negocio.  Hay chefs que ya le están cogiendo el gustito a esto. Hay gente que está buscando este tipo de servicios.

#QuieroUnChefEnMiCasa

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